# 30 Capurgana - Paso a Panama

Del "¿Padre porque me has abandonado?"

al "¡Qué bien se está aquí Señor!"

Parafraseando el Evangelio que contrapone el momento del abandono total en la cruz con el otro y antagonico de gloria y esplendor que se vive en el Monte Tabor, queremos sintetizarles como fue el dia en que pasamos de Sudamérica a Centroamérica, de Colombia a Panamá.

Tal como le contamos en el posteo anterior, desde el oscuro y sospechoso puerto Turbo salimos en lancha como "mojados" hacia el primer destino intermedio. Digo "como mojados" porque ibamos con muchos de ellos, apretados y con el miedo que nos daba la incertidumbre de que vendría a continuacion (faltaban todavia pasar las migraciones).

El viaje que deberia haber durado 2 horas y media terminó siendo de 5 horas ya que la lancha se quedó sin gasolina en medio del mar y tubo que empezar a acercarse a la orilla utilizando un solo motor de los dos con los que contaba. El problema fue que al acercarse a la orilla tuvimos que ir cerca de la linea de rompimiento de las olas por lo que el viaje se tornó un verdadero suplicio. No parabamos de vomitar, unas niñas que iban con sus madres no dejaban de llorar ni un momento. Parecía que nunca llegaríamos a destino. En medio de la lancha se vivía un verdadero calvario. Fue terrible. ENCIMA DE TODO, ERA EL DIA DEL CUMPLEAÑOS DEL HERMAN. Se imaginarán que dentro nuestro, lo unico que queríamos era terminar con tanto viaje y estar ya de una vez en nuestra casa.

Hasta que de repente la lancha comenzó a acercarse a destino. El lugar: Capurganá, Colombia. Bajamos las cosas, nos tiramos un rato para descansar de tanto agotamiento fisico-mental-espiritual y finalmente nos pusimos de pie y encaramos la oficina de migracion. Era la primer barrera. ¿Nos irían a pedir tantos papeles...tantas garantía que para entonces no teníamos? Que decirles...que para aparentar que eramos hombres de "RECURSOS" , el Herman se tuvo que hacer pasar por Campoó (mi apellido materno) mostrándole a la oficial una targeta del Banco Nación que estaba a nombre de la mismísima "Porotita"...(sí, mi vieja) y diciendo que tenía dinero en cuenta de ahorros. ESO EN ARGENTINA SE DICE: FUE CHAMULLO.

Así pasamos la primer barrera. Felices.

Pero eso no era nada.

Lo que vino despues fue lo mejor. Al volver a la costa , nos dimos cuenta que estabamos en un lugar paradisíaco. ¡¡no podía ser mejor!! Era Caribe puro, palmeras, arena blanca y gente muy agradable.

Compramos pan, queso y nos fuimos a tocar el Mar. Y ahí, como buenos argentinos y aprovechando la ocasion del gloriosos cumple del patriarca menor, NOS TOMAMOS UNOS SABROSOS MATES.

Así nos quedamos hasta el atardecer, contemplando la gloria del Tabor.

Mientras charlabamos viendo caer el sol (una postal, se imaginarán) dijimos: es que no hay resurreccion si no se pasa por la cruz.

Este viaje, tuvo algo de eso.

El Señor nos tenía preparado grandes cosas a futuro.

PERO TUVIMOS QUE PASAR LA PRUEBA.

Un abrazo grande hermanos.

La EP