jueves, 23 de octubre de 2008

EXTRA: EL GRITO EN JUJUY (lo que nadie te dice)

- Ayer se crucificó Jesus Olmedo en la puerta de la casa de gobierno (abajo las palabras del cura en la cruz)
- Durante la noche hubo represión cuando se intento tomar la casa de gobierno (entre los golpeados por la caballeria estuvo el padre Olmedo, niños, madres y campesinos coyas). NO SALIO EN NINGUN MEDIO NACIONAL!!!!!!!!!!!!!! NADA DE LA BRUTAL REPRESION A LOS POBRES DE LA PUNA QUE TIENEN HAMBRE HERMANO!

- Ellos han decidido seguir acampado en la puerta de la gobernación pese a la represión (que fue porque les han mentido descaradamente y el gobernador huyo a buenos aires!!!).
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EL PADRE JESÚS OLMEDO SE CRUCIFICÓ EN LA CASA DE GOBIERNO DE JUJUY

Jujuy - El cura párroco de La Quiaca, Jesús Olmedo, se crucificó hoy simbólicamente en las escalinatas de Casa de Gobierno para llamar la atención del gobernador de la provincia Walter Basilio Barrionuevo, sobre los reclamos que desde hace meses vienen planteando los habitantes de la puna jujeña.Desde la cruz, y luego de relatar algunos intentos oficiales de frenar la “Marcha del Grito de los Excluidos” eludidos en la ruta, el párroco quiaqueño dijo visiblemente emocionado: “no pudieron conseguir volvernos de nuevo a la Puna, porque esta provincia es de todos”.Dirigiéndose luego al gobernador, el sacerdote le increpó: “usted señor gobernador, parece que no quiere ser gobernador de los collas y de los pobres. Ese es su problema”.Entre las numerosas reivindicaciones planteadas por los puneños se destacan la creación de puestos de trabajo, salud, educación, la definitiva remediación de la ex fundidora Metalhuasi y la instalación de una planta de tratamiento de líquidos cloacales en Abra Pampa.“Aquí estamos de nuevo, en la lucha y por eso no hemos querido molestar a nadie acá en Jujuy, solamente acá en su palacio, que parece que también es suyo”, expresó el cura. Agregó luego “no quiere recibirnos porque llevamos meses intentando que nos reciba el gobernador”.Dijo también que “los obispos le han hablado y no nos ha recibido nunca. A los de Abra Pampa también los largó fuera de acá, porque parece que no les gustaba su presencia”.“Aquí estamos, en la puerta de este palacio, de esta casa que es la casa del pueblo. Esta casa que la cerraron a cal y canto para que no entrasen los collas”, agregó. Muy disgustado, el religioso recordó la entrevista que mantuvieron ayer en la Legislatura: “fuimos también a hablar con los diputados, que no han querido declarar zona de emergencia social a la Puna y nos cerraron también la cancela, como si fuésemos delincuentes”.“¿Qué se han creído las autoridades?”, se preguntó Olmedo, bajo el sol calcinante del mediodía jujeño. “Por eso este pueblo me ha pedido que en su nombre, me crucifique como un símbolo de las crucifixiones de todos nuestros hermanos”, añadió.Finalmente subrayó: “aquí estamos esperando respuestas, esperando que nos den soluciones a todo lo que nosotros estamos pidiendo. Señor gobernador, el pueblo de la puna tiene hambre, el pueblo de la Puna no tiene trabajo y quiere vivir como Dios quiere, por eso estamos crucificados todos los pobres unidos”.
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AL FINAL DE UNA TARDE CALIENTE
HUBO REPRESIÓN EN JUJUY

La policía respondió con gases lacrimógenos y embestida de caballería un intento de ingresar a la Casa de Gobierno del sacerdote Jesús Olmedo y sus seguidores, que continúan protestando frente a la sede gubernativa. Aunque hubo contactos, al cierre de esta edición, el Gobierno no había dado respuestas concretas a los reclamos de los puneños, que pasar
án otra noche en la plaza Belgrano.Fue el epílogo de una caliente jornada que pareció llegar a su cumbre de tensión al mediodía, cuando el sacerdote y varios compañeros de viaje se crucificaron en forma simbólica frente a la sede gubernativa.Olmedo fue atado a una cruz y desde ahí fustigó al gobernador Walter Basilio Barrionuevo por no hacer nada por solucionar los problemas de los pueblos norteños, según denunció.El clima se había enrarecido momentos antes con la llegada a la plaza de una columna de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), encabezada por el dirigente Kike Mosquera, que se instaló en las escalinatas, al lado del sacerdote. La presencia de la CCC provocó la protesta de la Corriente del Pueblo y las otras agrupaciones lideradas por Carlos “Pedro” Santillán, las que se terminaron retirando, molestas por la actitud del religioso, quien “se crucificó al lado de la CCC, cuando nosotros lo estamos acompañando desde un primer momento”, explicó Santillán a El Libertario.com.Pero lo que terminó de enardecer los ánimos sucedió más tarde, cuando Olmedo y los dirigentes de las multisectoriales de La Quiaca y Abra Pampa fueron informados que no había ninguna respuesta oficial a los reclamos porque el gobernador Walter Basilio Barrionuevo se había ido a Buenos Aires. Los voceros oficiales, sin embargo, los habían invitado a seguir conversando en una reunión que finalmente no se hizo, sin ninguna explicación por parte de las autoridades.Fue entonces cuando el cura intentó ingresar a la Casa de Gobierno, donde un cordón de la Policía Montada e Infantería le cerró el paso y según algunos testigos intentaron llevárselo detenido. La rápida reacción de los puneños impidió la acción y ahí se produjeron los disparos de gases lacrimógenos, en tanto los caballos eran lanzados sobre los manifestantes.“Nos han engañado miserablemente. Nos citaron a las 5 y media, llegaron a la 6 y después nos dijeron que no tenían respuesta porque no estaba el gobernador, luego dijeron que viniéramos a Casa de Gobierno a seguir hablando con los ministros, que esperásemos. Esperamos casi dos horas y como no vinieron hemos venido a exigir que salga el señor Figueroa o alguien y no han salido”, relató el religioso.También explicó que “queríamos entrar a casa de Gobierno a hablar con estas personas y nos han reprimido fuertemente con palos, con balas de goma y también lanzaron la Caballería encima de nosotros. No han discriminado; hombres, mujeres y niños sufrieron por igual”, aseguró.Luego de los incidentes, el juez de instrucción de turno, Javier Aróstegui, llegó al lugar y se dirigió directa y raudamente a reunirse con las autoridades en el interior de la Casa de Gobierno, seguido por los abrampampeños que intentaron, sin éxito, informarle sobre lo sucedido.El obispo Marcelo Palentini, con semblante adusto, llegó también para hablar en forma reservada con el sacerdote Olmedo.Con las filas sensiblemente menguadas por la gente que tuvo que volver a sus pueblos y sin la presencia de la CCC y de las agrupaciones sociales que los habían apoyado desde un principio, los integrantes de la Marcha del Grito de los Excluidos decidieron quedarse otra noche más en los alrededores de la Casa de Gobierno.Dicen que no pueden regresar con las manos vacías. Los reclamos van desde trabajo genuino hasta la remediación definitiva de la ex fundidora Metalhuasi en Abra Pampa, pasando por la construcción de una planta cloacal en ese ciudad; tratamientos médicos para los afectados por saturnismo; asistencia alimentaria para las familias más necesitadas, mejor atención en los hospitales y que se prohíban las explotaciones de la gran minería.

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