# 43 - Temozón, estado de Yucatán / MEXICO

Ya no tenemos esos sueños...
PERO NO POR ESO DEJAMOS DE SOÑAR

Hermanos de camino...
Seguimos compartiéndoles un poco de lo mucho y denso que vivimos en los días que Dios nos regaló por la Patria Grande, Nuestra América.
Luego de vivir esos días junto al Padre Octavio, cariñosamente “Ochito”, en esas tierras de misión del sur de Chetumal, nos dispusimos a volver junto con fray Gabriel quien ya nos había hecho la propuesta de pasar unos días en una de las zonas mayas del corazón de la península. En un primer momento la idea fue poder estar junto a Fray Giuseppe, un italiano de unos 45 años que decidió alejarse de su provincia franciscana, infectada por el pecado de la comodidad y el lujo (entre otros pecados capitales) y venirse al Tercer Mundo para poder volver a la esencia de su vocación...la que no pudo encontrar en las tierras del mismísimo Francisco de Asís (¡es el mundo al revés carajo!). Como él “aparentemente” no nos podía recibir, nos ayudó para que igualmente pudiéramos estar unos días junto a los pueblos mayas. Para eso se contactó con el Padre Santos, un maya que desde hacía unos meses había sido destinado por el arzobispo para atender los pueblos cercanos a Valladolid –una de las ciudades coloniales mas importantes de la península y centro maya- , más precisamente en Temozón y alrededores.
Con él pasamos una semana entera. La cosa no fue tan fácil ya que en el medio se nos presentó un problema: aparentemente fray Giuseppe le dijo a Santos que nosotros éramos sacerdotes y misioneros y no solo eso, sino que quizás nos íbamos a quedar algunos años allí.
Imagínense, el Padre Santos , recién declarado “encargado de la pastoral maya para toda la península” , sobresaturado de actividades se encontraba con la posibilidad de contar con dos curitas que venían a instalarse así como Giuseppe , su amigo. ¡Y la verdad que no era nada de eso!¡Nosotros tan solo queríamos compartir la vida junto a los pueblos mayas y ya, suficiente! ¡¡¡Y PARA COLMO ERAMOS LAICOS!!! ¡¡Lo mismo que decir “INSERVIBLES PARA LA EVANGELIZACION”!! Porque hay que decir que en un comienzo eso fue lo que nos hicieron sentir
- ¿Qué, no son religiosos, sacerdotes?
- No.
- ¿Tampoco seminaristas?
- No.
- Ah...¿entonces son solo laicos?
- Sí...

¡Hay Dios con la bendita iglesia piramidal! Les hubiéramos dicho –Sí...NI MAS NI MENOS QUE LAICOS, de esos que además de ser padres, madres, de salir a trabajar como perros día y noche, encima de eso se dan lugar para el Señor y no solo eso, ¡¡también para la evangelización!!
¿Cuando aprenderemos la lección? ¿Quienes integran el gran Pueblo de Dios sino los laicos? ¿Qué fue el mismo Jesús sino un laico como nosotros?
No podemos negar que en el fondo, esa experiencia que nos hizo sentir un tanto descolocados un par de días ya que esperaban de nosotros otra cosa, nos fue reveladora para confirmar algunas cuestiones vocacionales que “tal como están planteadas hoy” no dan respuesta evangélica a las generaciones de jóvenes como nosotros, porque excluyen y son signo de otro tiempo, marcado por el clericalismo, el patriarcalismo, y el machismo, actitudes con las cuales ¡¡gracias a Dios!! no queremos saber nada.
Hay mas: si todavía hay gente en la Iglesia que cree que el Reino solo avanza por el servicio de los curas y religiosos, sepan que han terminado de cavarle la tumba, a esta “agónica” institución que ya poco y nada le queda de evangélica.
Como ya lo dijo Casaldáliga en su circular utilizando las palabras del Cardenal Martíni: “ya no tenemos esos sueños” ¡¡EN BUENA HORA!!
Porque ahora por fin hemos entendido que el Reino avanza por otros espacios, incluso a contramano de la misma Iglesia (y por que no de las “Iglesias”). Avanza el Reino...avanza el Otro Mundo, y ya no tan en silencio, ya no tan de noche...

Bueno, luego de un excusrsus que creemos que valía la pena, les contamos que a fuerza de paciencia y de humildad, pudimos revertir la situación de manera tal que nos comenzaron a comprender un poco, a imaginarse que había detrás de estos dos argentinos que llegaban a un pueblo perdido de la península (pudiendo estar en Cancún o en las playas del Carmen que están a pocos kilómetros) para simplemente estar...compartiendo lo que ellos quisieran, desde una eucaristía, hasta una visita en casa o el diusfute de una corrida de toros.
Finalmente nos quedamos una semanita en esa pequeña localidad de la que nos hubiésemos ido ni bien llegamos. No solo descubrimos parte del misterio de una cultura ancestral ¡¡que esta viva!! sino que también pudimos disfrutar de la presencia de un pastor , que, con todo...se nos reveló como un gran hombre, dedicado amorosamente a su gente sencilla. Al padre Santos le agradecemos su genuina entrega y sus ganas de avanzar en una evangelización incluturada en las tierras mayas. Lamentablemente “inculturada” al estilo de la iglesia de Roma, o sea, inculturada solo de palabra, traduciendo misales y cancioneros...pero sin más. (Creemos que la inculturación implica una desestructuracion de la propia fe de uno, que la ha expuesto con sinceridad al otro y por eso implica apertura y creatividad para reescribir el itinerario de camino a Dios que ha quedado enriquecido por el camino del otro/s. Lo mismo con ellos...que en el encuentro abierto y genuino han podido asimilar la riqueza de un itinerario que los ha interpelado y les ha hecho reescribir su propia fe. Entender la inculturacion de ese modo es comprender que Dios es Dios y que la riqueza de los diversos caminos hacia él son un bien que Dios ha querido para sus hijos e hijas. Además de que la inculturacion implica echar la carpa en medio de ellos, como lo hizo Jesús en medio de su gente. SE QUEDÓ CON ELLOS. No se puede inculturar el evangelio desde el escritorio del Arzobispado de Yucatán, ni desde las colosales Iglesias Vaticanas).
No obstante y volviendo al padre Santos y su proyecto, creemos que el peso del testimonio es también una de los signos mas fuertes en la evangelización y en eso, este cura maya nos dio su ejemplo. Un verdadero hermano de su gente. Al él entonces, a pesar de nuestras diferencias, nuestro mayor respeto.
También nuestro cariño y respeto a la familia de don Lim y doña Susana junto a sus hijas Merli y Gelmy, las cuales nos abrieron las puertas de su casa y nos hicieron sentir como de la casa y tratándonos con mucho cariño. ¡¡Hasta nos llevaron a conocer Chichén Itzá!!. Que belleza, y que obra monumental la de estos pueblos mayas que supieron construir una verdadera civilización.
Para terminar, una pequeña anécdota que puede resumir la vivencia de esos días, al menos en lo que para nosotros era esencial en este peregrinar.
Un día, al terminar una misa barrial, se nos acercó un hombre que trabajaba en la comunidad de fe de Temozón y nos invitó a su casa para conocer a su familia. Al día siguiente, tal como habíamos quedado nos pasó a buscar Don Nemesio y nos llevó a su humilde hogar. Allí conocimos su familia, incluso su mamá, de nombre Rafaela...MEZTIZA AUTENTICA, como dicen allí (o sea, maya pura). Nos prepararon una rica comida y compartimos parte de la tarde, debajo de esas palapas típicas de los pueblos mayas. Como era de esperar, Rafaela no hablaba castellano. También y como era de esperar nos pudimos entender, al menos en lo respecta al corazón. Nos dimos un fuerte abrazo al final y nos despedimos con ese cariño propio de quienes se descubren hermanos. ¡¡Que bella experiencia la de ENCONTRARSE!!
Eso también es parte del misterio del Dios con nosotros del que hablábamos en el post anterior. Ser distintos: en la cultura, en la generación e incluso en el lenguaje. Y a la vez estar en comunión de amor, el único lenguaje universal. Un pedazo de Reino fue esa experiencia. A Dios gracias.
Y a diferencia de lo que hablábamos anteriormente ESOS SI SON PARTE DE NUESTROS SUEÑOS.
Que de una vez por todas aprendamos a ser hermanos.
Lo diferente es propio de Dios.
Lo diverso es propio de Dios.
Es propio de Dios que con todo, NOS AMEMOS Y SEAMOS CAPACES DE FUNDIRNOS EN UN ABRAZO.
Hasta la próxima.
La EP

Foto 1: Ruinas de Ekbalam

Foto 2: Mujer maya saliendo del templo

Foto 3: Compartiendo la "eucaristia" con Nemesio y familia

Foto 4: En Chichen Itzá

Foto 5: Muejeres mayas en ranchería (preparando tortillas)