lunes, 9 de marzo de 2009

# 42 - Chetumal / Quintana Roo - MEXICO

ALGO SOBRE "EL DIOS CON NOSOTROS"

En el ultimo posteo les compartíamos que desde el momento en que nos encontramos con Fr. Gabriel , volvimos a sentir el estar en casa, en familia.
Esa fue la experiencia que sentimos durante el mas de un mes que estuvimos junto a ellos, los frailes del sudeste mexicano. Al menos junto a aquellos que pudimos conocer.
Uno de ellos, podría ser el Padre Provincial, Fray Lorenzo, quien generosamente nos recibió en la curia ubicada en la ciudad de Chetumal, del estado de Quintana Roo (península de Yucatán). Si bien no estuvimos mucho con él, no podemos dejar de darle nuestro más cordial agradecimiento por habernos hecho parte de la familia franciscana. Un buen hombre el padre Lorenzo, al que lo notamos un tanto cansado por el peso de llevar una responsabilidad que quizás le quedaba grande... al menos para el momento de su vida en que le tocó asumirla.
Otro de los frailes que tuvimos la gracia de conocer fue el “abuelo” Ismael, un gran hombre de mas de 80 años, párroco de la Iglesia San Judas Tadeo, que sigue vibrando con el evangelio y que piensa, siente y camina con un corazón puramente franciscano, lleno de ternura y de vigor. También a Fray Isma le damos las gracias por habernos tratado con la ternura propia de un abuelo.
Finalmente, queremos hacer un agradecimiento especial a un fraile que nos abrió las puertas de su humilde casita, para compartir con él una semana en las “tierras de misión” ubicadas al sur de Chetumal, en la localidad de Nicolás Bravo: el padre Octavio, cariñosamente “Ocho”. Muchas cosas podemos decir de él, pero queremos resumirlas en que fue para nosotros un hermano menor, que nos dio de todo lo que tenía y nos hizo sentir que no éramos invitados, sino que, por el contrario...éramos familia. No queremos dejar pasar esta oportunidad para darle las gracias a todos los hombres y mujeres que como el padre Ochito, han dejado su vida (¡entera!) por la misión, por hacer llegar el evangelio de Jesús a los lugares más alejados de nuestro continente. Más de 40 años de su vida dejó el padre Octavio en medio de los pueblos indígenas del sudeste mexicano. Toda una vida QUE MERECE SER RECONOCIDA.
Gracias entonces a cada uno de estos frailes que seguramente sin darse cuenta nos mostraron parte del misterio de la encarnación de Dios, que se hizo todo-nuestro y hermano en Belén, en Asís, en Chetumal...y en toda Yucatán.
Hasta la proxima.
EP
Foto 1: De camino con Padre "Ochito"
Foto 2: En laguna natural andando en kayác's.
Foto 3: Con familia de la frontera con Belice

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